El futuro pertenece a los vehículos eléctricos. Esta aseveración es casi un axioma. Las normas anticontaminantes son la prueba más evidente de esto, ya que se vuelven cada vez más restrictivas sobre los vehículos de combustión, al punto de restringir su uso en el interior de las principales ciudades. El denominado proceso ‘retrofit’ es una de las vías más óptimas para adaptarse a esta nueva y perdurable tendencia sin necesidad de sustituir nuestro vehículo. La idea es poder convertirlo en uno eléctrico.
En qué consiste el Retrofit
Retrofit es la disciplina que se focaliza en tomar un vehículo usado y adaptarlo a las tecnologías modernas. De modo que, tomado un vehículo de combustión cuya vida útil estaría a punto de culminarse, podría transformarse en uno eléctrico o híbrido que sea óptimo para movilizarnos dentro de centros urbanos de una manera limpia, adaptándola a las exigencias ambientales de las grandes ciudades.
Los automóviles eléctricos están comenzando a hacer foco en sus precios, y a pesar de los intentos, estos no suelen ser inferiores a los 30.000 euros, en comparativa a los homólogos de combustión que pueden ser adquiridos por cifras similares a los 10.000 euros. A través de un retrofit, podrías disminuir esta cantidad a cifras de 15.000 a 17.000 euros.
Solamente con esa cantidad de dinero tendrías ‘todo el equipaje’, que incluiría el automóvil y su trasformación a eléctrico, que daría por resultado un vehículo con una autonomía de aproximadamente 100km, sin necesidad de ayudas de conducción o medidas de seguridad de última generación.
Los interesados en el cambio de un automóvil tradicional a uno eléctrico a través del retrofit son aquellos concientizados con el medio ambiente que desean alargar la vida útil de un vehículo que lo más probable es que termine siendo ‘chatarra’
El retrofit cumplirá a la perfección esta labor, que, de hecho, está apostando por la reparación, transformación y actualización de los vehículos existentes para que se proporcione un servicio basado en movilidad sostenible
Desarrollo del retrofit
La realización de un retrofit posee dos cuestionamientos dentro del mismo proceso. En un lado se encuentra la parte práctica donde se focaliza en la mecánica y se sustituye por otro. La fase técnica es la más fácil, debido que se constituye en desmontar lo que existentemente tenga relación con diésel o gasolina.
Lo complicado será la segunda fase ya que implicaría un proceso de preparación previo donde se deberá de acopiar todo lo fundamental para los siguientes pasos. Este proceso de investigación nos exigirá que escojamos, pidamos y organicemos el motor eléctrico, la placa que será adaptada en la caja de cambios como si fuese imprescindible, el controlador, los conectores, baterías, fusibles, indicadores, cableados, cuerpo acelerador y una variabilidad de aspectos tan básicos como la funda termo retráctil, cinta aislante o terminales para la instalación.
En cuanto a la tercera fase, se focaliza en conseguir que un coche se mueva a pilas, mediante las modificaciones fundamentales para que el resto de mecanismos que funcionan de una forma accesoria logren hacer lo que se supone que deben de hacer, basándose en un sistema de dirección asistida e iluminación.