Uno de los faraones más interesantes del antiguo Egipto es Akenatón. La capital de su imperio es hoy en día un importante centro turístico, el cual alberga ruinas, memorias e historias del reinado más importante de la historia egipcia.
Egipto es uno de los epicentros culturales e históricos más importantes de todo el planeta. La antigua civilización egipcia fue de gran influencia en la historia de la humanidad, pues de ella se originó la actual cultura occidental.
Este país es perfecto para aquellos turistas amantes de la historia, pues a lo largo de su territorio se encuentran restos y ruinas de la antigua civilización, ya que es posible visitar las antiguas pirámides, así como las gloriosas esfinges, además de diversos templos de antiguos imperios que se encuentran a lo largo de todo el país.
Una de las regiones más fascinantes de Egipto es Amarna, o también llamada ciudad de Akenaton. Ésta fue la capital del país durante la dinastía del faraón Akenatón, uno de los más interesantes de toda la historia egipcia.
La región hoy en día destaca por albergar las ruinas de aquella antigua capital. Se pueden explorar los palacios donde residían el faraón, su esposa Nefertiti y las princesas reales, además de diversos templos hechos para adorar al dios Atón.
La historia de la región es muy interesante
Esta ciudad se originó durante el reino de Akenatón, quien mandó construirla para rendir culto a la deidad solar Atón. Este faraón reformó muchos aspectos de la sociedad egipcia, incluyendo la política, el arte y la religión.
Durante esa época, la mayoría de los egipcios adoraban al dios Amón, pero Akenatón convirtió a Atón en la única deidad de culto oficial en el país. Por esta razón, la construcción de esta ciudad fue bastante controvertida para la sociedad egipcia, pues los sacerdotes más influyentes eran seguidores de Amón.
Esto le hizo ganar una cantidad considerable de detractores. Aún así, Akenatón se decidió por construir una gran cantidad de templos para Atón, así como palacios, edificios administrativos, viviendas para nobles e hipogeos (tumbas excavadas en las rocas).
Debido a las grandes controversias que hubo durante su reinado, la memoria de Akenatón fue repudiada por los imperios sucesores después de su muerte. Todas las referencias al dios Atón fueron eliminadas de tumbas, esculturas y templos. Cuando el jefe militar Horemheb tomó el poder, empezó la destrucción sistemática de la ciudad, dejándola abandonada 15 años después de ser fundada.
Los vestigios de la ciudad conmemoran a Akenatón
Hoy en día la ciudad funciona como un monumento gigantesco, el cual conmemora a uno de los faraones más fascinantes e importantes de la antigua civilización egipcia. Las ruinas del lugar pueden ser exploradas por turistas o historiadores, permitiendo que todos puedan apreciar estas edificaciones y construcciones con un alto valor histórico.
Uno de los sitios que hay que explorar en el momento de poner pie en la ciudad es visitar el Gran Templo a Atón. Es el templo más grande de toda la región, y se caracteriza porque fue construido al aire libre para permitir la entrada de luz solar, la cual estaba íntimamente ligada a esta deidad antigua.
Otros sitios de interés para todo turista en la ciudad de Akenatón son los Palacios Reales. En ellos vivían el faraón, la reina Nefertiti (su hermosa esposa) y las princesas reales. El mayor palacio contaba con una terraza llamada “la ventana de las apariciones”, donde la familia real se mostraba ante sus súbditos. Este evento tenía una gran importancia simbólica dentro de la sociedad egipcia.
También se recomienda visitar los edificios administrativos de la ciudad, lugares donde trabajaban los nobles de mayor confianza del faraón. El más destacable es el Edificio de los Archivos, donde pueden encontrarse las Cartas de Amarna. Éstas contienen mensajes diplomáticos grabados en tablas de arcilla, enviados por la administración de Akenatón a los reinados de Canaán, Babilonia, entre otros.
Sea cual sea el lugar que se quiera visitar, se recomienda ir bien protegido contra del sol y beber abundante agua, pues el calor es abrasador en esta región. Además es indispensable tener conciencia y cuidar las ruinas, pues representan un pedazo de historia que vale la pena resguardar. De esta manera, el legado de Akenatón vivirá para siempre.