Debes haber oído alguna vez los términos de índice glucémico y la carga glucémica. Pese a que suenen muy parecidos, los 2 términos significan diferentes medidas que influyen en la producción de energía para el organismo y en la sensación de saciedad entre una comida y otra.
Índice Glucémico
El índice glucémico se refiere a medida de la velocidad a la que el cuerpo absorbe un hidrato de carbono y se convierte en glucosa en sangre. Esto quiere decir que los comestibles de alto índice glucémico, como la sandía, la miel, el maíz y las barras de cereales, son absorbidos más velozmente por el organismo, dando sitio a picos de glucosa, estimulando la producción de insulina por el páncreas y proveyendo energía de manera rápida.

Puesto que los comestibles con un bajo índice glucémico son absorbidos más de manera lenta por el organismo, mudando de forma gradual los niveles de glucosa en sangre, la producción de insulina asimismo se hace de forma gradual. Por ende, para los diabéticos, consumir comestibles con un bajo índice glucémico, como el arroz integral, el tomate, la soja, el calabacín y el brócoli, es buena opción para asistir a supervisar los niveles de glucosa en la sangre.
Carga Glucémica
En contraste al índice glucémico, la carga glucémica no mide la velocidad a la que un hidrato de carbono se convierte en azúcar, sino señala la calidad y la cantidad de hidratos de carbono presentes en una porción de un comestible determinado.
Para calcular la carga glucémica de un comestible, basta multiplicar el índice glucémico por la cantidad en gramos de hidrato de carbono y dividirlo por cien. Por consiguiente, es posible supervisar la calidad y la cantidad de hidratos de carbono ingeridos.
Un detalle esencial cuando se habla de índice y carga glucémica es que la velocidad de absorción de un hidrato de carbono no está relacionada con la cantidad de hidratos de carbono presentes en el comestible, o sea, un comestible puede tener un índice glucémico alto y una carga glucémica baja.
Aviso: ya antes de quitar cualquier comestible del menú, se aconseja preguntar a un nutriólogo y/o a un médico a fin de que no se pierdan nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo.