La creciente demanda de materias primas disparó el crecimiento económico en América Latina, superando a decenas de países desarrollados con un promedio de 4,2 por ciento.
De esta forma, más de 70 millones de ciudadanos pudieron abandonar la pobreza y otros 50 millones lograron unirse a la clase media-alta.
Esta es una tendencia que debería y puede mantenerse. Por tanto, a continuación, se resaltan los aspectos que propagaron aún más el valor económico latinoamericano.
Estrategias para impulsar el crecimiento económico en América Latina
Para elevar el PIB de los países latinos y alcanzar una mejor calidad de vida, se debe tener en cuenta lo siguiente:
Aumentar la productividad
Es preciso que se eleve la productividad en el sector privado. Y, por supuesto, la calidad de la inversión nacional e internacional.
A diferencia del sector secundario y terciario, la industria agrícola y de minerales se ha visto potenciada por los avances tecnológicos.
En la actualidad, el nivel de productividad industrial de América Latina y el Caribe es menor al 50 por ciento de las empresas estadounidenses.
Los expertos aconsejan mejorar la calidad de los servicios, captar inversiones en sectores de alto valor e incursionar en industrias de escasa competencia.
Para cumplir estos propósitos, sin embargo, es necesario usar la transferencia de conocimiento que bridan las compañías internacionales, tanto en administración como en tecnología.
Desde esta perspectiva, el Estado juega un rol importante, puesto que debe fomentar la inversión extranjera para generar vínculos comerciales y la colaboración entre organizaciones.
Por otro lado, uno de los aspectos que más retrasa el crecimiento Latino es la existencia de los carteles. Eliminandolos la producción aumentaría en más de un 30 por ciento.
Durante los últimos 10 años, docenas de países tomaron medidas para combatir las conductas anticompetitivas: actualizaron sus recursos contra los cárteles y modernizaron sus leyes. Entre ellos se distinguen:
- Bolivia.
- Ecuador.
- República Dominicana.
- Panamá.
- Perú.
- Colombia.
- México.
- Brasil.
- El Salvador.
- Chile.
También se ha observado una leve expansión de acceso a crédito tanto para individuos como empresa. El nivel sigue siendo insuficiente, con una tasa de Crédito/PIB del 30 por ciento.
Perú, por ejemplo, aunque es uno de los países que más créditos brinda a las microempresas, sus tasas de intereses son exorbitantes. Lo que provoca un efecto contrario al deseado.
La tasa de inversión en la región, por otro lado, asciende a más de 25 por ciento del PIB. Se equipara a diversos países del sudeste de Asia, lo cual mejora la reputación de Latinoamérica alrededor del mundo.

Brindar servicios de calidad enfocados a las prioridades de cada nación
Un sistema de Estado que sea eficaz es el principio para el equilibrio social y el avance financiero de una nación. Por tal motivo, son importantes los servicios de educación, saneamiento, agua, energía y seguridad ciudadana.
Muchas naciones necesitan reformar su sistema impositivo, mientras que otras requieren elaborar instituciones que estén por y para el ciudadano y no para los gobernantes.
También se destacan las zonas pequeñas, que carecen de los servicios esenciales por su populación.
Todo Estado tendría que preocuparse por mejorar su infraestructura, innovación y desarrollo: los expertos consideran que esta trilogía es la clave de la productividad.
Desarrollar políticas de inclusión social y programas enfocados en la educación
Se considera la alternativa idónea para construir sistemas simples que permitan erradicar la pobreza extrema y elevar el ingreso de los sectores menos productivos.
Gracias a su baja inclusión social, se vislumbran dos hechos para Latinoamérica:
- Por un lado, aunque la clase media ha aumentado de forma considerable, todavía existen cerca de 100 millones de personas viviendo en pobreza extrema. Un 40 por ciento de estos distribuidos entre México y Brasil.
- Por otro lado, otras millones de personas que cuentan con un ingreso considerable corren riesgos de volver a la pobreza gracias a las condiciones climáticas y crisis económicas.
Las políticas de equidad social toman especial relevancia: permiten favorecer el nivel de vida de los latinos en pobreza extrema y generar un círculo que acelere el crecimiento.
Incentivar la inversión financiera
Los medios claves para atraer nuevas inversiones del extranjero son:
Ofrecer distintos estímulos
Las empresas e individuos buscan naciones competitivas a nivel internacional y plataformas potenciales de exportación. La gran mayoría valoran los destinos que brindan:
- Incentivos económicos,
- Amplia red de relaciones,
- Acuerdos comerciales,
- Respecto a la propiedad privada, y
- Servicios de agencias de promoción.
La reducción de impuestos o su erradicación absoluta es uno de los incentivos más poderosos para captar nuevos inversionistas.
Esto, por un lado, y aunque limita los fondos destinados a causas sociales, permite que el país tenga mayor reconocimiento y, a través de la reputación que se arme, mayores y más inversionistas se animarán a participar.
Por otro lado, alrededor de nueve de cada diez inversionistas buscan la transparencia y la previsibilidad de la conducta de las instituciones públicas.
Quitar barreras de mercado
El 83 por ciento de los inversionistas reinvierten todas sus ganancias en el país en cuestión, así que valoran más las políticas que les permite expandir sus negocios a las que ofrecen incentivos para seducirlos.
La eliminación de las barreras que complican el paso de los inversores, y un sistema de limitaciones de infraestructura, serían lo ideal para ganarse su confianza.
Docenas de países han logrados resultados espectaculares aplicando esta metodología para desencadenar una respuesta atroz en el sector privado.
Mejorar la competencia local

Todo inversor avala las habilidades, el conocimiento y la capacidad de los proveedores nacionales. Sin embargo, el gobierno es quien debería brindar la información sobre estas compañías y, por supuesto, la rentabilidad de inversión debe ser considerable.
En la medida que los inversionistas adquieran más del 40 por ciento de sus insumos de producción en el país, los contratos con proveedores y otros vínculos con empresas locales, facilitarán los procesos para generar mayores beneficios en el sector privado. Eso los motiva a invertir más.
Es importante señalar que el 30 por ciento de los inversores en países en desarrollo finalizaron sus inversiones por este motivo: las condiciones macroeconómicas, en la actualidad, son inestables si existe una incertidumbre respecto a las políticas y regulatorias.
Más de tres cuartas partes de los inversores extranjeros en países latinos aseguraron que su mayor temor está relacionado a la política.