Perderse por el centro de la capital, descansar en sus playas o disfrutar de su suculenta gastronomía, son algunas de las cosas que no hay que perderse si se va de vacaciones a Las Maldivas.
Desde hace un tiempo, Las Maldivas se han convertido en un destino turístico muy atractivo. Este país asiático, bañado por el Océano Índico, es una nación que se divide por atolones y estos, a su vez, cuenta con diferentes islas, haciendo un total de 1200, la mayoría de ellas deshabitadas.
Si se quiere viajar hasta Las Maldivas, es importante conocer todos los detalles previamente y en este sentido, la web https://viajareamaldivas.com es una de las mejores opciones. Se trata de una página en la que se puede consultar todas las dudas sobre Las Maldivas, desde los lugares más emblemáticos, hasta las mejores playas o la oferta de actividades que presenta. De igual modo, a través de la web ofrecen ayuda para conocer qué tipo de vuelos son los más adecuados y la documentación que hay que llevar para realizar el mejor de los viajes, entre otras cosas.
Los paisajes y las playas de Las Maldivas son un reclamo para el turismo, debido a sus zonas vírgenes y a su naturaleza salvaje. Para muchos, Viajar a Las Maldivas significa conocer el paraíso terrenal, teniendo en cuenta sus puestas de sol, su arena blanca o sus aguas cristalinas.
Su gastronomía es estupenda, con platos típicos de la región, al igual que su diversidad marina o sus actividades de ocio, tanto de día como de noche. Además, en Las Maldivas también se puede disfrutar de un gran número de tours y rutas de todo tipo, desde aquellos que conectan con la naturaleza, hasta actividades culturales o incluso deportivas, principalmente en el mar.
Es evidente que se trata de una región única con una gran cantidad de opciones para pasarlo en grande, sin embargo, si se viaja hasta Las Maldivas, hay varias cosas que no hay que perderse nunca. ¿Cuáles son?
Mirar por la ventana del avión
En el momento que se esté volando, una de las primeras cosas que se debe hacer rumbo a Las Maldivas, es mirar por la ventanilla del avión. Aquí empieza todo. Lo cierto es que, una vez que se esté acercando al país, se podrán divisar todas las islas desde las alturas. Una preciosa vista panorámica que no deja indiferente a nadie. En el caso de volar en hidroavión, es recomendable mirar las aguas del Océano Índico, puesto que se podrán divisar tortugas, delfines y ballenas.
Un paseo por Malé
Malé es la capital de Las Maldivas y por tanto, una de las ciudades con mayor riqueza cultural. Paseando por sus calles, se puede ver cómo es la vida isleña, conociendo las costumbres y tradiciones de los maldivos. Entre algunas cosas que hay que conocer, destacan el Memorial de las víctimas del tsunami de 2004, la Mezquita del Viernes o subir a las altas terrazas del Hotel Traders, para disfrutar de las vistas de la isla.
Por la mañana, es muy interesante conocer la lonja de pescado, así como el mercado de frutas y verduras, es el epicentro comercial de la ciudad, donde se registra un mayor movimiento.
Comer “mashuni
El mashuni es el plato típico de Las Maldivas, con un sabor muy suculento. Este plato tiene influencia de la India por este motivo, la mayor parte de la gastronomía maldiva combina el sabor del curry, con cocos, que son productos típicos de allí.
El mashuni es una especie de ensalada de atún, un alimento muy demandado en la región, que se considera el plato tradicional para desayunar. Combina atún, con chiles, limón, cebolla y coco y se acompaña con un poco de pan, llamado roshi.
Para acompañarlo, nada mejor que tomar un batido de frutas o un té negro de Ceylán.
Descansar en una hamaca frente al mar
Sin duda alguna, uno de los momentos más esperados si se viaja a Las Maldivas es tumbarse en una cómoda hamaca y disfrutar del mar, sin hacer absolutamente nada. Nada como acomodarse en una tumbona y mirar las espectaculares vistas que hay, esas aguas turquesas y una arena muy blanca.
Importante que, cuando se haga esto, se tomen precauciones con el Sol, puesto que Las Maldivas se encuentra muy cerca del ecuador y las quemaduras son muy frecuentes.
Conocer el fondo marino
Como es lógico, en Las Maldivas la principal atracción son las playas y es por ello que no hay que olvidar pasar, al menos, un día buceando bajo el fondo marino. Teniendo en cuenta la situación geográfica de las islas y la poca contaminación que hay, las aguas maldivas se han convertido en un gran acuario natural, perfectas para hacer submarinismo.
Cuenta con una gran diversidad de fauna marina, desde tortugas, delfines, mantas, rayas; aunque también se pueden encontrar tiburones, siendo uno muy particular, el tiburón ballena. Asimismo, las barreras de coral son preciosas.
¿Qué se necesita para viajar a Las Maldivas?
Para conocer las islas Maldivas, es importante que se tenga un visado. Lo mejor de este país es que no obligan a obtener este visado con antelación, por lo que se puede adquirir fácilmente en las propias taquillas del aeropuerto. Eso sí, para conseguirlo, sí hay que tener el pasaporte en regla, con un periodo de vigencia de, el menos, 6 meses, a lo que hay que añadir el billete de regreso.
Con respecto a las medidas sanitarias que hay que tomar, hay que decir que en Las Maldivas el principal problema que tienen es el contagio de zika, una enfermedad que transmiten los mosquitos y que, en la actualidad, no hay vacuna para ello, por este motivo, es recomendable alejarse de las zonas donde haya un mayor número de mosquitos y llevar un repelente potente siempre.
De igual modo, para viajar a las islas es obligatorio ponerse la vacuna de la fiebre amarilla y se recomienda también la vacuna de la hepatitis A y B, como ocurre con cualquier país de Asia.
En cualquier caso, para tener controlados todos estos detalles, lo más aconsejable es contratar un seguro para viajar a Maldivas, una póliza que ofrezca las mejores coberturas y que sirva de respaldo en todo momento. Finalmente, un último detalle que hay que tener en cuenta cuando se viaja a Las Maldivas es que se trata de un país musulmán, por ello, en el caso de ser mujer, es muy importante adaptarse a las costumbres culturales locales, de esta manera, cada vez que se salga a la calle, se deben cubrir los hombros y las rodillas.