Si bien un ascenso o buena posición de trabajo no se limita a la apariencia personal, la imagen o forma de vestir comunica un mensaje no verbal sobre quiénes somos, la manera de sentirse consigo misma y el rumbo hacia donde se está dirigiendo. Esta es la razón por la que hoy se traen consejos puntuales que permitan lograr el mejor look para ir a trabajar, así como los errores que deben evitarse a la hora de elegir atuendos.
Vestirse para trabajar, el eterno dilema:
¿Qué me pongo ir a la oficina sin parecer monótona y aburrida? esta suele ser una de las preguntas que más se hacen las mujeres a la hora de elegir el atuendo que llevarán al trabajo, y es que el código de vestimenta profesional ya no se limita a ponerse un traje, zapatos y todo solucionado.
Es mucho lo que ha evolucionado la moda laboral en los últimos años, abriendo paso a un mundo de posibilidades dentro de sus códigos que permiten vestir con propiedad y estilo, dejando atrás el esquema de la blusa con encaje, el traje gris y los zapatos de tacón medio.
La clave para vestirse hoy en día en el entorno laboral:
Aunque los códigos de vestimenta profesional se hayan “relajado” considerablemente, esto no implica que la elegancia y formalidad dejen de ser sus pilares indispensables; en efecto, en la actualidad se tienen mayor libertad para lucir arregladas y estilosas, pero no implica que se deban sobrepasar los límites de lo apropiado. En vista de ello, se ofrece lo que se puede y no lucir para ir a trabajar.
Lo que SÍ es posible ponerse para vestir bien en la oficina:
La imagen comunica parte de la esencia personal, por lo que al momento de trabajar, tiene que denotar profesionalidad, cercanía, confianza y autoridad; aunque el outfit correcto puede estar sujeto al cargo que se desempeñe, existen denominadores comunes que suelen aplicarse en todos los casos:
- Vestimenta:
En lo que respecta a las prendas de vestir, siempre serán bienvenidos los colores neutros por ser los que mayor profesionalidad aportan; sin caer en los excesos, conviene fusionar 2 de ellos con un color fuerte que alegre y actualice el look.
Para la parte superior, las blusas manga larga llevan la delantera – aunque no implica que esté mal, vestir con modelos manga corta o de mangas ¾. Por tendencia, son los pantalones de vestir – en crepé, algodón o lana – más recomendados que las faldas y vestidos; sin embargo de optar por estos dos últimos, han de ser preferiblemente lisos, y como máximo, 2 dedos por encima de la rodilla.
Los outfits ideales se complementan con un blazer o chaqueta manga larga – o mangas ¾ – claro, que tampoco se descartan otros estilos más chic y frescos como los que otorgan las chanel y de tweed que aun entrando en el código formal, aligeran el atuendo permitiendo lucir a la moda.
- Calzado:
Suponiendo que se apueste por zapatos de vestir, las opciones van desde mocasines y stilettios, hasta Oxford; no obstante, la regla de oro en este caso, es la comodidad, por lo que optar por tacones también es válido siempre que no sean demasiado altos. Asimismo, no se descartan las zapatillas de piel cerradas en la punta o modelos semiabiertos en el frente; conviene evitar el uso de botas y dejar los botines únicamente para el otoño – invierno, acompañados de pantalones.
- Accesorios y complementos:
Otra vez entre en juego el consejo de la moderación, el límite ha de ser 3 piezas, sugiriéndose optar por pañuelos o foulards en el caso del complemento, y prendas sencillas cuando se habla de accesorios. Nada de sobrecargar las manos con numerosas pulseras o anillo, y mucho menos, apostar por aretes demasiado grades o llamativos.
En lo que concierne a bolsos, los serios de oficina clásico en tamaño medio serán ideales, descartando modelos de ocio o clunch; no puede faltar el perfume, a la justa medida a fin de evitar incomodar.
- Maquillaje y peinado:
La discreción es básica a la hora de maquillarse; es tan erróneo ir a trabajar sin maquillaje que hacerlo de manera exagerada; en cuanto al cabello, ha de estar bien cuidado y arreglado, de preferencia, recogido o semirecogido. Por último, no sobreestimar la importancia de las uñas, manteniéndolas arregladas con color prudente.
Lo que NO se debe usar para vestir ir a la oficina:
Si todavía quedan dudas respecto a lo que permite el código profesional en lo concerniente a vestimentas, conviene tomar nota de las prendas o estilos que deben evitarse:
- Escotes: aunque se trate un problema para las mujeres de copas grandes, quienes con el mínimo escote lucen exageradas, la elección del brasier correcto puede ser la clave, asimismo decantarse por un top o camiseta de tiros debajo de la blusa.
- Transparencias: este tipo de prendas tiende a verse vulgar en entornos laborales, de querer utilizar una blusa de seda o un poco transparentes, se repite el consejo anterior, adicionando una blusa de tirantes del color de la piel que complementen la vestimenta.