Muchas personas procuran un cuerpo perfecto a toda costa. El deseo de ser delgado puede provocar enfermedades y ciertas de ellas son más bastante difíciles de identificar, pues no producen cambios físicos en la persona. Una de ellas es la bulimia, que está más ligada a comportamientos nada saludables que al adelgazamiento excesivo.
¿Qué es la bulimia?
Se trata de un trastorno en el que el paciente ingiere grandes cantidades de comestibles caloríficos (por servirnos de un ejemplo, dulces o bien pastas) y, ahora, lanza la mano de mecanismos perjudiciales para la salud para eludir un incremento de peso.
Trastornos ocasionados por la obsesión con el cuerpo
Los factores que provocan este trastorno se semejan a los de la anorexia, como patrones estéticos establecidos por la sociedad en la que predomina el culto a la magia, presión familiar y social, predisposición genética, traumas y baja autoestima.
Síntomas y consecuencias de la bulimia
Preocupación excesiva por el peso
Distorsión de la autoimagen (la persona siempre y en toda circunstancia se ve gordita, aun cuando el espejo en realidad evidencia lo opuesto).
Temor a engordar
Dietas severas seguidas de ingesta apremiante de comestibles
Ir al baño justo después de las comidas para forzar vómito
Empleo indiscriminado de diuréticos y laxantes
Empleo de suplementos dietéticos
Ansiedad
TOC
La combinación de estos factores puede ocasionar peligros para la salud del paciente y las consecuencias pueden incluir inflamación de la garganta, destrucción del esmalte bucal, hemorragias, cambios hormonales y de humor, inconvenientes gastrointestinales, deshidratación, arritmias cardíacas, depresión, entre otros muchos inconvenientes.
Diagnóstico y tratamiento de la bulimia
Uno de los desafíos para el diagnóstico de este trastorno alimenticio es que el cambio físico no es tan aparente y de ahí que es tan esencial observar el comportamiento de esas personas respecto a el alimento. Con frecuencia, las personas con un cuerpo supuestamente sano y en los patrones estéticos establecidos presentan cuadros de bulimia. Puesto que estos comportamientos propios de la enfermedad se hacen a ocultas, es habitual que el diagnóstico ocurra cuando el trastorno ya está bien desarrollado.
A fin de que se haga el diagnóstico de bulimia, hay un acuerdo en el Manual Diagnóstico y Estadístico de trastornos mentales (DSM-IV), en el que es precisa la presencia de un marco de compulsión alimenticia, generalmente acompañado de otro síntoma. No obstante, no hay una definición de la frecuencia de estos sucesos. Existen estudios que mantienen que el paciente debe presentar 2 capítulos a la semana de ingesta incontrolada de comestibles a lo largo de un mínimo de 3 meses para ser clasificado como portador de bulimia inquieta.
El manual afirma que el proceso de ingestión exagerada, así como la culpa y la incapacidad de parar, debe celebrarse en un periodo de 2 horas. Mas como se trata de algo subjetivo y ningún caso es igual al otro, es esencial que personas próximas observen la frecuencia de esos síntomas.
Tratamiento multidisciplinario
El tratamiento de la enfermedad debe efectuarse de forma multidisciplinar. Esto quiere decir que es efectuado de forma conjunta por médicos, sicólogos (la terapia cognitiva-conductual está indicada), sicólogos y dietistas, que realizarán un plan de nutrición conveniente para este paciente. Puede ser preciso el empleo de antidepresivos y estabilizadores del humor.
Asimismo hay conjuntos de apoyo que acostumbran a asistir a quienes padecen este trastorno. Este es un proceso bastante difícil y doloroso no solo para el paciente, sino más bien asimismo para aquellos que conviven con él. Por consiguiente, es esencial un seguimiento próximo de los familiares y, en ciertos casos, asimismo se señala la terapia familiar.